Dentro de las
principales arritmias encontramos.
BRADIARRIMIAS
Se caracterizan por
una frecuencia cardíaca menor de lo habitual y se ocasionan por fallos en la
formación del impulso eléctrico o en la conducción del mismo. Pueden ser
asintomáticas. Si causan síntomas, suelen ser como mareos, pérdidas de
consciencia o fatigabilidad. Para su
tratamiento a veces es necesaria la implantación de marcapasos.
Tipos de
bradicardias
1. Bradicardia
sinusal
El impulso cardíaco
se genera y conduce normalmente, pero con una frecuencia inferior a 60 lpm. Es
muy frecuente en personas sin cardiopatías, como por ejemplo deportistas que
entrenan habitualmente. En general, no precisa tratamiento. La bradicardia
sinusal es a menudo producida por fármacos: bloqueadores beta, digoxina,
verapamilo, diltiazem, amiodarona. También se producen en personas con
hipotiroidismo y con enfermedades hepáticas avanzadas. En estas bradiarritmias
el pulso ronda los 45 latidos/min.
2. Enfermedad del nodo sinusal y bloqueos sinoauriculares
Producida por
problemas en el origen del impulso eléctrico en el nodo sinusal o para su
transmisión del nodo sinusal a las aurículas. Generalmente aparecen en personas
mayores. Si ocasionan síntomas puede ser necesario tratarlas con marcapasos.
3. Bloqueos auriculoventriculares
Se producen cuando
el estímulo eléctrico no se conduce adecuadamente desde las aurículas a los
ventrículos. Se clasifican en 'de primer grado' (retraso en la conducción del
impulso, pero sin que se bloquee ninguno), 'de segundo grado' (algunos impulsos
se conducen y otros se bloquean) y 'de tercer grado' (todos se bloquean) El
tercer grado del bloqueo generalmente ocurre en el infarto agudo de miocardio y
el tratamiento depende del lugar del infarto. Los de tercer grado y algunos
casos de segundo, generalmente, precisan de la colocación de un marcapasos. Los
de primer grado no suelen requerir tratamiento.
TAQUIARRIMIAS
SUPRAVENTRICULARES
Como anteriormente
se comentó, son aquellas (frecuencia cardiaca >100 lpm) que se producen 'por
encima' de los ventrículos, es decir, en las aurículas o en el nodo
aurículoventricular, por 'encima' del Haz de His.
1. Arritmia sinusal respiratoria
De origen
fisiológico, es una variación del ritmo cardíaco según la respiración. Suele
ser más acusada en gente joven y no es preciso tratarla.
2. Taquicardia sinusal
Consiste en un
ritmo cardíaco originado y conducido normalmente, pero con una frecuencia
cardíaca mayor de lo habitual. Es fisiológica y se produce por ansiedad,
ejercicio, anemia, consumo de alcohol, insuficiencia cardíaca o nicotina. En
general no precisa tratamiento específico, pero sí se debe actuar sobre la
causa: dejar el tabaco, corregir la anemia, control de la ansiedad o nerviosismo,
entre otras.
3. Contracciones
auriculares prematuras o extrasístoles auriculares
Se produce cuando
se genera un impulso eléctrico adelantado al sinusal en otra zona de las
aurículas. Suelen presentarse en personas sanas, aunque en ocasiones se asocian
a isquemia miocárdica, insuficiencia cardíaca o la enfermedad pulmonar. Si
provocan síntomas pueden tratarse con betabloqueantes.
4. Taquicardias
supraventriculares
Como su nombre
indica, son arritmias con frecuencia cardíaca superior a 100 lpm que se
originan en las aurículas o en el nodo aurículoventricular. Se diferencian de
las extrasístoles auriculares en que son sostenidas en lugar de latidos
aislados.
Hay distintos tipos
de taquicardias supraventriculares:
Taquicardia
auricular. Generadas en una zona concreta de las
aurículas. Suelen ser persistentes (larga duración y difíciles de eliminar) y
se asocian a factores como la bronquitis crónica descompensada o el
hipertiroidismo. Para su tratamiento suelen precisar de fármacos, tanto para
eliminarlas como para reducir la frecuencia cardiaca y que se toleren mejor. En
ocasiones puede ser necesario tratarlas mediante ablación por radiofrecuencia.
Fibrilación
auricular. Es la arritmia sostenida más frecuente que aparece
sobre todo en personas mayores o con cardiopatía, aunque también puede darse en
personas jóvenes con corazones estructuralmente normales. Se caracteriza por un
ritmo cardiaco rápido y totalmente irregular, producido por una actividad
eléctrica auricular caótica y con múltiples focos de activación. Su
presentación clínica es muy variable, pudiendo provocar síntomas (palpitaciones
rápidas e irregulares, sensación de falta de aire, mareo y dolor en el pecho) o
ser asintomática. Se asocia a un mayor riesgo tromboembólico (formación de
coágulos sanguíneos en el corazón que pueden desprenderse e ir por el torrente
sanguíneo hasta que se impactan en un vaso sanguíneo, provocando falta de riego
en esa zona) y por tanto de ictus (accidente tromboembólico cerebral). Su
tratamiento debe contemplar varios aspectos: control de la frecuencia cardiaca
mediante fármacos, eliminación de la arritmia (fármacos o cardioversión
eléctrica), prevención de nuevos episodios (fármacos o ablación) y prevención
de episodios embólicos (antiagregantes o anticoagulantes).
Aleteo o flutter
auricular. Similar a la fibrilación auricular en cuanto
al riesgo tromboembólico, pero en este caso la frecuencia cardiaca suele ser
regular y en torno a 150 lpm. Producida por un fenómeno conocido como reentrada
auricular. Generalmente, se asocia a cardiopatías crónicas o a enfermedad
pulmonar. El tratamiento es similar al de la fibrilación auricular.
Taquicardias
paroxísticas supraventriculares. Se caracterizan
por ser de inicio y final brusco. Suelen ser sintomáticas (palpitaciones,
mareo, dolor de pecho, sensación de falta de aire, malestar general) aunque
bien toleradas y generalmente aparecen en personas sin cardiopatías. También se
producen por reentradas, pero en este caso situadas en el nodo
aurículoventricular. Su tratamiento contempla dos aspectos: tratamiento de la
arritmia cuando se presenta (mediante una maniobras que se conocen como
'estimulación vagal' o, en caso de que no sean efectivas, fármacos o incluso
cardioversión) y prevención de los episodios (pudiendo utilizarse fármacos,
aunque son poco efectivos y también realizarse una ablación, que suele ser
curativa).
TAQUIARRITMIAS
VENTRICULARES
Son las que se
originan en los ventrículos. Son más frecuentes en pacientes con cardiopatías
y, en general, más peligrosas que las supraventriculares.
Hay distintos tipos
de taquiarritmias ventriculares:
Contracciones
ventriculares prematuras o extrasístoles ventriculares.
Es un impulso que surge de un punto aislado del ventrículo (foco ectópico) y
que se anticipa respecto al ritmo habitual, seguido normalmente de una pausa
hasta el siguiente latido normal (pausa compensadora). Aunque son más
frecuentes en pacientes cardiópatas, también son muy frecuentes en pacientes
con corazones normales. Generalmente no producen síntomas, pero en ocasiones
son percibidas como una pausa en el latido cardiaco seguida de un latido más
fuerte. No suelen tratarse cuando no producen síntomas, ya que no se asocian a
mal pronóstico en pacientes sin cardiopatías. Si son sintomáticas y molestas,
pueden tratarse con beta-bloqueantes.
Taquicardia
ventricular no sostenida. Se trata de impulsos
ventriculares consecutivos que dura menos de 30 segundos, y después, cede
espontáneamente. En pacientes con cardiopatías suele asociarse a un peor
pronóstico y mayor riesgo de muerte súbita.
Taquicardia
ventricular sostenida. Es la sucesión de impulsos
ventriculares a una frecuencia de más de 100 latidos por minuto (lpm) y que
dura más de 30 segundos. Son más frecuentes en pacientes con cardiopatías. Los
síntomas suelen ser palpitaciones y, muy frecuentemente, mareo, dolor torácico
y pérdida de consciencia. Si no ceden espontáneamente, puede ser necesario tratarlas,
ya sea mediante fármacos antiarrítmicos, cuando son bien toleradas por el
paciente, o mediante cardioversión eléctrica (choque eléctrico a través del
tórax, administrado generalmente tras sedar al paciente mediante unas palas,
que permite resincronizar la actividad eléctrica cardiaca, con lo que suele
reanudarse el ritmo cardiaco normal, desapareciendo la arritmia) cuando son mal
toleradas o los fármacos no son eficaces. Tras tratar la taquicardia, debe
estudiarse el corazón en busca de enfermedades cardiacas causales, si no se
conocen previamente (cardiopatía isquémica, miocardiopatías,etc). Para prevenir
su reaparición es importante tratar el proceso causal (enfermedad cardiaca
subyacente) si lo hubiera y pueden utilizarse fármacos antiarrítmicos o
estudios electrofisiológicos y ablaciones (introducción de cables en el corazón
a través de una vena para estudiar desde dentro del mismo la taquicardia
ventricular y en ocasiones quemar pequeñas zonas en los lugares donde se
origina para tratar de prevenirla). Cuando se asocian a riesgo de muerte súbita
puede ser necesaria la implantación de un desfibrilador (dispositivo que se
implanta debajo de la piel y es capaz de detectar arritmias potencialmente
mortales y eliminarlas mediante una descarga eléctrica desde dentro del
corazón).
Fibrilación
ventricular. Es una alteración del ritmo
cardiaco consistente en una gran desorganización de los impulsos ventriculares
con ausencia de latido efectivo. Los síntomas son ausencia de pulso y pérdida
de conocimiento inmediata. Si no se actúa a tiempo, resulta mortal en sólo unos
minutos. El tratamiento es siempre cardioversión eléctrica inmediata y
maniobras de reanimación cardiopulmonar. Es una arritmia frecuente en el
infarto agudo de miocardio, aunque no tiene mal pronóstico a largo plazo si el
paciente es reanimado a tiempo y supera la fase aguda del infarto. Cuando se
asocia a otras cardiopatías, el pronóstico a largo plazo suele ser peor por una
mayor tasa de recurrencias, precisando frecuentemente la implantación de un
desfibrilador.
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