Hay que beber agua para sentirse bien, con energía y vitalidad. Nosotros los médicos recomendamos de 6 a 8 vasos de agua al día, o 1 litro y medio de agua.
Los seres humanos toman agua de tres formas diferentes: la primera es el agua natural, como llena a nuestra casa por el grifo o las botellas desde manantiales o fuentes naturales; la segunda en bebidas frías o calientes preparadas; y la tercera la que contienen los alimentos que ingerimos durante el día. De esta manera nuestro cuerpo se hidrata manteniendo la salud física y mental. La organización mundial de la salud, recomienda consumir mínimo entre 1,5 y 2 litros al día.
El cuerpo humano consume este líquido al realizar actividades como funcionamiento de los órganos, reacciones químicas, la excreción de toxinas, la producción de saliva, la hidratación de la piel y las mucosas, hasta cuando se duerme ocho horas, el organismo pierde líquido y debe recuperarse al despertar, por ello se recomienda tomar agua antes y después de dormir.
1. Alivia el cansancio: al beber agua el corazón tiene que trabajar más para bombear sangre oxigenada a los tejidos y órganos principales, con lo cual también transporta nutrientes a los mismos.
2. Mejora la digestión y el estreñimiento: los alimentos se descomponen más rápido y mejor, además de aportar el correcto funcionamiento del intestino.
3. Alivia el dolor de cabeza: en muchas ocasiones el dolor de cabeza es producido por falta de hidratación.
4. Hace sentirse bien: cuando se consume suficiente agua, el cuerpo se siente bien y con mayor energía lo cual impactara en el estado de ánimo y en la productividad.
5. Ayuda a mantener el peso: el agua ayuda a la eliminación de las grasas, da sensación de llenura y evita las comidas a deshoras. Es muy saludable para la dieta pues no aporta calorías, ni grasas y mucho menos azucares. Además es importante que cuando se sienta hambre, primero consuma agua, en ocasiones el cuerpo lo que necesita no es comida sino hidratación.
6. Mantiene una piel sana: el consumo de agua ayuda a la hidratación, elasticidad y la regeneración de tejidos de la piel. Ayuda a tener un aspecto suave y brillante, y es un elemento vital en los tratamientos contra el acné, las cicatrices y el envejecimiento.
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