Diversas partes del sistema reproductor femenino, tales como; el ovario o endometrio, experimentan profundos cambios durante el ciclo sexual en la mujer, cambios que son regulados de forma precisa por el hipotálamo y la hipófisis, dos estructuras situadas en la base del cerebro.
EJE HIPOTÁLAMO-HIPOFISIARIO
El hipotálamo es una estructura nerviosa situada en la base del cerebro, por debajo del tálamo y tercer ventrículo. Constituido por diversos núcleos nerviosos conectados con la hipófisis y cuya funcion primordial es la regulación de la secreción hipofisiaria de gonadotropinas y otras hormonas.
Estas secreciones estarán reguladas a su vez por mecanismos de retroalimentación negativa mediados por las mismas hormonas hipotalámicas, por hormonas hipofisarias, hormonas ováricas, dopamina, norepinefrina, tono opiáceo, presencia de catecolestrógenos y la actividad del sistema límbico.
Justo debajo del hipotálamo se localiza la hipófisis, una pequeña glándula asentada en una depresión del hueso esfenoides del cráneo conocida como silla turca. La hipófisis se encuentra unida al hipotálamo a través de un tallo, y en ella se distinguen dos porciones o lóbulos:
- Una porción anterior o adenohipófisis, más voluminosa.
- Esta produce 6 hormonas como son: Hormona del crecimiento (GH), Prolactina (PRL), Adrenocorticotrópica (ACTH), Tirotropina (TSH), Gonadotropinas (FSH y LH).
2. Una porción posterior o neurohipófisis en la cual se sintetizan dos hormonas que son: Vasopresina (ADH y Oxitocina. Ambas porciones tienen un origen embriológico diferente. La adenohipófisis deriva de la bolsa de Rathke, una evaginación del ectodermo oral, mientras que la neurohipófisis es de origen nervioso; de hecho, se forma como una extensión del hipotálamo que se funde con la bolsa de Rathke conforme avanza el desarrollo embrionario. La neurohipófisis libera a la circulación sanguínea dos hormonas de naturaleza peptídica: la oxitocina y la vasopresina u hormona antidiurética. La oxitocina juega un papel clave en los mecanismos que participan en el desencadenamiento del parto y en la lactancia, mientras que la hormona antidiurética ejerce un papel crucial en el control de la osmolaridad y del volumen del líquido extracelular, merced a su capacidad para regular la reabsorción de agua por parte del riñón.
Ambas hormonas son sintetizadas en los núcleos hipotalámicos anteriormente comentados, y se almacenan en la neurohipófisis, desde donde son liberadas a la circulación en virtud de estímulos.
Por su parte, la adenohipófisis sintetiza y libera a la circulación sanguínea seis hormonas, todas ellas de naturaleza peptídica. La regulación de su secreción viene determinada en buena medida por el propio hipotálamo. A tal fin, el hipotálamo sintetiza diversas hormonas que actúan sobre la adenohipófisis, modulando su función. Dentro de ellas, las hay que son estimuladoras de la secreción de hormonas hipofisarias y las hay que son inhibidoras. De esta forma, el hipotálamo juega un papel clave en el control de la secreción adenohipofisaria.
Las hormonas hipotalámicas se sintetizan en los cuerpos neuronales y son transportadas por los axones hasta la porción basal del hipotálamo, conocida como eminencia media. Desde allí, son liberadas a una red de capilares que confluyen en vénulas que se dirigen hacia la adenohipófisis y dan origen a una segunda red de capilares en la propia adenohipófisis. Este sistema vascular, conocido como sistema porta hipotálamo-hipofisario explica por qué las hormonas hipotalámicas, aún siendo secretadas en cantidades muy bajas, llevan a cabo su función sobre la adenohipófisis de una forma eficiente, ya que no llegan a alcanzar a la circulación sistémica y por tanto no se diluyen en el sistema vascular.
En la tabla 1 se detallan las hormonas adenohipofisarias y su función, y las hormonas hipotalámicas que regulan su secreción.
EL EJE HIPOTÁLAMO-HIPÓFISIS-OVÁRIO
El hipotálamo, la adenohipófisis y el ovario constituyen un eje neuroendocrino. El hipotálamo sintetiza GnRH que, a través del sistema porta hipofisario alcanza a la adenohipófisis, donde promueve la secreción de FSH y de LH, las cuales se vierten a la circulación y llevan a cabo sus acciones sobre el ovario.
La GnRH es un decapéptido sintetizado en las áreas hipotalámicas preóptica y arqueada. Desde aquí, la hormona viaja a través de los axones hasta la eminencia media, de donde es liberada a la circulación portal hipotálamo-hipofisaria. La secreción de GnRH es pulsátil, lo cual resulta de capital importancia, pues la administración de análogos de la GnRH de larga vida media causa una pérdida de receptores hipofisarios para esa hormona, lo que se traducirá en una profunda inhibición de la secreción hipofisaria de FSH y LH.
Los estrógenos producidos por el ovario causan inhibición de la secreción, tanto de GnRH a nivel hipotalámico como de FSH y LH a nivel hipofisario, completándose así un circuito de retroalimentación hipotálamo-hipófisis-ovárico. Este efecto inhibitorio de los estrógenos se ve potenciado por la progesterona.
INTEGRACIÓN FUNCIONAL DE LOS CICLOS
El hipotálamo es el órgano central ordenador del ritmo cíclico. Por medio de la secreción regulada de GnRH, se libera en la hipófisis gonadotropinas que actúan sobre el ovario. La FSH se encuentra relativamente aumentada al comienzo del ciclo para descender progresivamente y antes de la ovulación aumenta bruscamente, pero poco antes de ésta hace un rápido descenso para luego ascender al final del ciclo y comienzos del siguiente.
La LH circula en cantidades bajas, durante la primera mitad del ciclo, asciende superando los valores de la FSH antes de la ovulación para después descender hasta los límites anteriores.
En el ovario se producen cambios cíclicos que conducen a la ovulación y ulteriormente a la formación del cuerpo lúteo. En la primera mitad del ciclo el folículo produce estrógenos que son los responsables de las modificaciones endometriales. En la segunda mitad el cuerpo lúteo secreta estrógenos y progesterona, la acción de estas juntas produce modificaciones de la fase lútea.
Los mínimos niveles circulantes de estradiol, progesterona e inhibina al final de la fase del cuerpo lúteo del ciclo anterior producen una mayor secreción de FSH y muy ligeramente la LH, llevando a la selección de folículos primarios que van evolucionando, iniciando un nuevo ciclo. La FSH será la responsable del desarrollo y maduración folicular.
Llevándolo a un estado de madurez adecuado y permitiendo así la ovulación, llevando esto a una gran producción de estrógenos y un pico de Luego de esto se nota la caída del pico de estrógeno y un ascenso de los niveles de progesterona.
Después de la ovulación hay una caída breve de la síntesis de esteroides, por el colapso del folículo, pero la luteinización de las células granulosas y de la teca hace que se recupere la función en las 48 horas siguientes, produciéndose muchos estrógenos y progesterona pulsátilmente.
Las células luteínicas son dos: Las grandes derivadas de la granulosa y las pequeñas derivadas de la teca, que son más abundantes, pero la esteroidogénesis se da en las grandes, pero los receptores de LH se sitúan en las pequeñas.
A nivel local, la progesterona impide el desarrollo de nuevos folículos y junto con la inhibina y los estrógenos regulan la liberación de las gonadotropinas por mecanismos de feedback. Finalizando el ciclo ocurre la luteólisis, que comienza de 10 – 11 días después de la ovulación.
Embarazo: La vida media del cuerpo lúteo se determina en la ovulación y su regresión es inevitable, a menos que se produzca un embarazo, si es así, se realiza la unión de la hormona coriogonadotropa (HCG) sintetizada en el trofoblasto a los receptores de LH del cuerpo lúteo, adquiriendo caracteres específicos, asegurando la persistencia y la actividad del cuerpo lúteo en los primeros meses de embarazo.
Reanudación del ciclo: Si no hay embarazo se produce la luteólisis afectando la secreción de inhibina A y a la esteroidogénesis, llevando a niveles mínimos de estradiol y progesterona circulante llevando a la aparición de la menstruación que es así la expresión del fracaso del ciclo en la función reproductora. Consiste en la descamación hemorrágica de la mucosa endometrial y su salida, a través de la vía genital.
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